DEPÓSITO DE AGUA Y PLATAFORMA DE OBSERVACIÓN EN EL QUARTIER DU KIEM

Un depósito de agua es un problema técnico; ¿estrictamente técnico?

Una vez resuelta la tecnología, entendemos el proyecto como un edificio en un lugar concreto. Como un reto relacionado con el contexto y la aplicación. Un bosque es un lugar delicado; por muchos árboles que tengamos, siempre son pocos.

Una construcción de este tipo desarrolla un impacto que es necesario amortiguar. El edificio podría disolverse, fundirse, en la medida de lo posible, con la masa arbórea, convirtiéndose en parte del bosque y de los animales y plantas, para que lo entiendan.

El edificio se proyecta entonces con un acercamiento a la naturaleza, desde su fragmentación, su multiplicidad, su color y sus texturas. Pero también desde su capacidad de cambiar y transformarse con el envejecimiento como parte natural de su vida. Quizás este pueda ser un edificio que llame a la naturaleza, pero que también enseñe que se puede vivir sin restarle belleza natural, prácticamente nada; y que la arquitectura tiene su corazón para complementar el entorno, plegándose si es necesario, como respeta esta propuesta.

Se trata definitivamente de una arquitectura que asume el riesgo de la convivencia y lo hace suyo. Este proyecto es definitivamente un paisaje.

Asombrados por el impacto visual de un único yacimiento, optamos por una solución que plantea dos yacimientos, fragmentados en sus revestimientos para ofrecer una imagen ligera y aérea. Las conchas y sus vástagos, pieles estructuralmente diferentes, están recubiertos de madera, ofreciendo una imagen dinámica y viva, que se mueve al ritmo del conjunto natural. Estas pieles suponen los hábitats de las diferentes especies de aves que colonizan la propuesta y suponen también la existencia de un cierto nivel de vegetación. La propuesta es, por tanto, una posibilidad de que la naturaleza siga haciendo su trabajo de convivencia. Es un semillero de biodiversidad.

La apuesta por el uso de la madera simboliza el contexto del lugar pero también declara un compromiso con la sostenibilidad y el desarrollo de industrias y artesanía. Es una propuesta que nos pertenece.

No hay mucho más que comentar en el aspecto técnico, conocido y ampliamente desarrollado, pulcramente resuelto por los ingenieros; sólo tiene el espíritu de servirnos, no de destruir la naturaleza sino de complementarla.

CLIENTE: VILLE DE LUXEMBOURG, SERVICE EAUX
SUPERFICIE: 1.149 m2
PRESUPUESTO: 8.787.300 €
PROYECTO: Ene, 2016
UBICACIÓN: QUARTIER DU KIEM DISTRITO DE PLATEAU DE KIRCBERG, LUXEMBURGO
COLABORADORES: DENIS CALLE FACAL, PABLO SIGÜENZA GÓMEZ, JOACHIM KRAFT, BORJA AZNAR MONTERO
CONSULTORES: SIMON - CHISTIANSEN & ASSOCIES, FRÉDÉRIC SAUNIER + BALLINIPITT ARCHITECTES
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